Muchos son los bufetes de abogados
que se encargan de recibir la visita de clientes que necesitan su ayuda para
poner fin a sus matrimonios. Una situación muy habitual que requiere no sólo el
respaldo de un abogado de Derecho de familia sino también la necesidad de saber
distinguir dos conceptos que, a veces, suelen confundirse: separación y
divorcio.
En este sentido, para poder entender
qué les diferencia, se hace imprescindible analizar las señas de identidad de
cada situación. Así, en un primer momento, de la separación tendríamos que
exponer las siguientes propiedades:
- Supone el cese legal de lo que es la vida en pareja que se tenía hasta ese momento, pero eso no significa que se deje de ser marido y mujer.
- Para declararse aquella se hace vital que un juez la determine mediante la correspondiente sentencia. En esta se establecerán cuestiones tales como el cuidado de los hijos si los hubiera, el uso de la vivienda familiar o el derecho de pensión.
- Una vez que se encuentran separados, los miembros de la pareja, tal y como se informa a los clientes en su despacho de abogados correspondiente, no tienen derecho a la legítima, se disuelve el régimen de gananciales que poseían y no pueden contraer matrimonio con terceras personas.
En segundo lugar, tenemos que decir
que el divorcio se diferencia de la anterior situación porque cuenta con las
siguientes propiedades:
- Disuelve por completo lo que es el vínculo matrimonial de manera legal, por lo que ambas partes podrán volver a casarse con quien deseen.
- Se pone fin por completo a lo que es el régimen económico que tenía la pareja.
- Desaparecen lo que son los derechos sucesorios así como los deberes recíprocos, tales como la fidelidad o la convivencia.
- Una sentencia de un juez será la que determine, tal y como informan los abogados, de qué sucede con los hijos, bienes y demás elementos que tuvieran en común los esposos hasta ese momento.
